Empleo y discapacidad
14 mayo, 2019Presentación CADE
16 mayo, 2019Ahora que ya sé que mi mente no lo es todo, que puedo conocer las cosas de otra manera, voy a tomarme otra píldora mágica.
Las indicaciones de esta píldora dicen que debo tomarla guardando un rarito de silencio. ¡Uff, no sé si voy a tener tiempo!
Bueno, en realidad el prospecto dice que sólo son dos minutos. Tampoco es tanto ¿no?
¡Ya está! La verdad es que he estado callad@, pero la conversación interior ha sido curiosa. ¡Lo que dan de si dos minutos! Tan pronto estaba recordando esto, como planificando esto otro que tengo que hacer.
La mente es una maravilla. Tiene una capacidad infinita para viajar a épocas, lugares… Hombre, bien usada está chula: aprendo del pasado y hago planes para el futuro.
Lo malo es cuando empiezo a entrar en bucle. como por ejemplo, el cabreo que tengo encima con lo que me pasó ayer con esa persona que Dios confunda… ¡Es que no para! No me deja en paz. Esta situación, igual que el Tourette, puede conmigo. No paro de darle vueltas y vueltas y al final no llego a nada. Ni la situación se arregla, ni yo paro de pensar. Me deja agotad@.
Lo que le pasa a mi mente en estos casos es que está dispersa.
Pero, este ratito de silencio… sí ha tenido unos segundos tranquilos. Yo creo que era el efecto de las dos otras píldoras. Me he dado cuenta de que respiraba. He parado. Y ahora, ¡me he dado cuenta de que lo que estaba haciendo era pensar!
Esta píldora mágica me ayuda a transformar mi mente dispersa en una mente atenta. Una mente a mi servicio.
Igual no es mala idea tomarme la pildora todos los días. Dos minutos, parando, respirando, escuchando a mi cuerpo. Viviendo el momento sin estar en el pasado o en el futuro.
Viviendo el presente sabiendo que él mismo es el milagro.
Hoy me quedo con la reflexión de un dibujo animado:
“Estás demasiado preocupado por lo que ya pasó y por lo que sucederá. El ayer es historia, el mañana es un misterio, pero el hoy es un regalo. Por eso se le llama presente.”
(Ooway to Po – Kunfu Panda)